Kábbalah fue un bar del Abasto porteño que tuvo una corta vida: un año y 8 meses. Proyectado como un espacio cultural, y luego de haber vivido las restricciones post-cromagnon, nos hemos dedicado durante un año y medio a ser meramente un "lugar de encuentro". Las noches de Kábbalah quedarán en el recuerdo de muchos como algo especial. Este blog intenta continuar con su espíritu, si es que creemos en lo espiritual.

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26/9/07

TODO LO QUE SE VE CUANDO UNO SALE A FUMAR A LA PUERTA

Alguien enciende una luz azul. Alguien mira una pelicula de acción. Alguien discute sin sonido. Alguien dejó el velador redondo con circulitos de colores encedido. Alguien se adivina en la cortina.
Una fiesta de un lado, una cocina solitaria del otro. Ropa colgando en un balcón, adivinando hacia qué lado va el viento. Un placard desordenado y la responsable adolescente haciendo piruetas en la cama. La luna llena detrás del Coto y nueve lunas que pasan a mi lado sin rumbo.
La película ahora parece ser de amor: las luces dejaron de cambiar de colores y se adivina una atmósfera cálida. Mientras, una pareja charla al lado del escritorio sin saber quién está detrás: un señor. Su figura. El contorno de su enorme panza atravesada por los años... de asado y vino. Una persiana se abre, chirriante. Allá arriba, donde nadie la ve, una persiana se abre y deja pasar el aire.
Un arriba, un abajo, mil costados. Todos están ahí, ubicados siempre en relación a los otros; todos lo saben pero no lo ven.
Desde este abajo, desde este asiento con barriles de madera que parecen atornillados al suelo, aquí está mi visión. La que nadie ve. Allí, las miles de personas que viven sus cotidianas noches. Quizás alguna me esté espiando, sin saber que ahora mismo, escribo sobre su vecino. Ese que apagó la luz azul y le dijo buenas noches a la noche. La película paró de centellear. A dormir! Como si alguien lo hubiera dicho y la luna, bien altiva, arriba del Coto, no hubiera escuchado.
Enorme, eterna e indescriptible, ahora ilumina las Torres del Abasto.
Ella y yo somos fieles testigos de la vida que emerge de sus anónimos ventanales.

12/9/07

A BUEN ENTENDEDOR, SOBRAN PALABRAS

"Después de la tormenta llega la calma"... eso nos dijeron muchos tras la tempestad que atravesamos. Hoy precisamente llueve (y bue... al mal tiempo buena cara) sin embargo, me ha contado un pajarito que la lluvia es como la revolución del agua: en estado líquido, se encuentra más viva que nunca. "Aquí hay gato encerrado", pensé yo, ya que conocí las Cataratas y lo que ví no es precisamente quietud... pero como cuatro ojos ven más que dos, decidí consultar al saber popular, y preferí hacerme a un lado: ojos que no ven, corazón que no siente y a otra cosa mariposa.
Sería mejor encontrar otro refrán para la situación: "se cierra una puerta, se abre un portal", nos lo han repetido estos últimos días infinidades de veces, y yo pensaba, está bien, mal de muchos consuelo de tontos, que vamos a hacer... sarna con gusto no pica y si hay que arremangarse, vale más poco que nada.
Como el pez por la boca muere, y yo soy, digamos no poco conversadora... nos han llovido propuestas y alternativas. A veces, donde menos se piensa salta la liebre.
Matamos dos pájaros de un tiro y decidimos seguir. A caballo regalado no se le miran los dientes, por algo las cosas son, quizás estemos cosechando nuestra propia siembra.
Con Kábbalah, pan y cebolla!
Ahora, a lo hecho, pecho. Y paciencia, que a su tiempo maduran las brevas. Pero cuidado! quien tiene tienda que la atienda... porque sino, Dios castiga sin palo y sin rebenque.
Mejor que deje de contarles taaanto, que en boca cerrada no entran moscas.

10/9/07

TODO SE TRANSFORMA

Es sorprendente como el destino a veces gira de tal manera que transforma todo lo que toca.
Las líneas que siguen intentarán dar cuenta de esto...

- KÁBBALAH REDOBLA LA APUESTA -

Así, como lo leyeron. Increíblemente para nosotros, se ha presentado la oportunidad de salvar el barco que aparentemente naufragaba, y cambiar el rumbo para llegar a buen puerto.
Con esta metáfora marítima iniciamos un nuevo Kábbalah: inmenso y profundo, con vida dentro, todo por descubrir y mucho camino navegado.
¿Oscuridad? ¿Peligros? Tantos como horizontes. ¿Miedos? Los necesarios para no ser imprudentes.
EMPEZAMOS UN NUEVO VIAJE, Y ARRANCA HOY.

Señoras y señores: desde que decidimos irnos, aparecieron tantas personas apoyándonos, que no hicieron más que obligarnos a seguir. El gesto incondicional de la gente nos hizo dar cuenta que NO ESTAMOS SOLOS. Una ayuda económica fundamental, pero por sobre todo, un replanteo mental y energético.
ALGO CAMBIÓ, las fichas se movieron.

Hoy, SABEMOS que la única forma de lograrlo es seguir apostando a nuestro proyecto. Aprender de los errores y modificar cosas. Si sumamos más proyectos, la energía positiva se multiplica.
En eso estamos, con ansias de renovación.
Porque vale la pena que los espacios que cosechamos nada ni nadie pueda cerrarlos.
No pudimos permitirnos hacerlo. No nos lo permitieron ustedes.

Me quedo pensando en esta frase:
cada uno da lo que recibe, y luego recibe lo que da.
Y Kabbalah significa RECIBIR. Eso es lo que nos pasó.

Por eso, gracias. Y muchos saben por qué.

Y AHORA... VAMOS POR MAS!
Sin prisa y sin pausa.

7/9/07

EL DÍA QUE APAGAMOS LA LUZ

Atravesando la frialdad de la palabra escrita en un monitor, y dejando atrás las sensiblerías:

Este SÁBADO 15/septiembre es nuestra última noche.

Sí, queridos... CIERRA KÁBBALAH.

Lamentablemente, y como muchos podrán imaginarlo, el motivo es llanamente económico, pero como todo en la vida, la decisión tiene que ver con algo más grande:
nuestro soñado espacio cultural es casi imposible de lograr, habilitación eternamente inalcanzable, embrollos de todo tipo, desgaste... y la verdad, es una pena, pero es la decisión más sana que se puede tomar. Lo hemos intentado todo, todo lo que estaba a nuestro alcance, hemos luchado con uñas y dientes por un proyecto. Pero a veces, la realidad es cruel.

Sé que muchos quedarán mudos con la noticia, pero ya lo hemos analizado mucho: circunstancias inevitables nos obligan a irnos.
Y estaremos bien, no se preocupen. Ya lo estamos. Todavía estamos enteritos y seguiremos luchando desde otros ángulos. Kábbalah es mucho más que un local, nos lo llevamos con nosotros en una mochila y en cualquier lugar del mundo, resurgirá.

Así que... ahora, agradezco sinceramente a toda la gente que hemos conocido gracias a Kábbalah, todos los nuevos amigos que tenemos, la familia omnipresente, los colegas, los teatros vecinos, los músicos, las revistas que apostaron por nosotros, los borrachines, los berretines del barrio, los eruditos de la cultura, las parejitas de días de semana... en fin, tanta gente que nos ha dado una mano y que probablemente, vayamos a extrañar.
Gracias a todos por estar ahí, de una forma u otra.

Lejos de la tristeza, sabemos que FUE BUENO MIENTRAS DURÓ.

NO OLVIDEN QUE QUEDAN 10 DÍAS, todavía estamos ahí, resistiendo.

Este Lunes 10/9, a las 20 hs. hacemos un Querido Silvio, entrada a $10, a beneficio de Kábbalah.
El Sábado 15 pueden venir con sus instrumentos y la despedimos a lo grande!!

ESPERO QUE VENGAN. RESERVAS AL 4867 4742.

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UNA VEZ MÁS, GRACIAS AMIGOS.